16 octubre, 2018 – THE DESIGN CRACKER

Hola, γεια, ciao.

Siguiendo con mis fantasmas favoritos, hoy quiero rescatarles de Instagram, y Facebook, con una noticia de alcance; que suele decirse. De corto alcance que suele ser.

El premio nacional del cómic ha recaído, o caído cual pedrusco de ladera a juzgar por el temor tímido manifestado en entrevista a Radio Nacional, R1, sobre la joven Ana Penyas. Valenciana de 31 años, graduada en Diseño Industrial, oh, y licenciada posteriormente en Bellas Artes. Ah.

Hasta aquí, bien.

👌👌

Que haya sido por su primera novela gráfica << Estamos todas bien >>, ya da que pensar… No sé, llámame cínico y eso.

¿Tan excelente trabajo el de esta mujer que ha barrido con el resto llevando años en el oficio?

Hasta aquí, regular.

Pero si nos da por dudar, qué cosa tan chunga, y mirar más allá, o más atrás, va a resultar que hace como quien dice ná, un par de días según la cuenta de hoy, tenemos otro premio nacional con aroma de mujer. ¿He dicho aroma? Seré enfermo, en qué estaría yo pensando.

El Premio Nacional de Las Músicas Actuales a Cristina Rosenvinge. Menos joven que la anterior, con más experiencia, más bagaje y una larga carrera a sus espaldas; que se dice también.

Hasta aquí, otra vez bien.

No porque me guste demasiado el trabajo de Cristina, salvo << La Joven Dolores >> y el último disco, << Un Hombre Rubio >> más intenso y con sustancia, lo anterior me parece prescindible de acuerdo a mis gustos musicales que míos solos son. Cosas ligeras para llenar un concierto gracioso y poco más. Mucho menos aquellos televisivos comienzos con << Alex y Cristina >>. Que no, que no me pone. Aunque, quizás al resto sí, ahí lo dejo:

Luego vendría la membresía a la movida, que da así como un marchamo de raza y estirpe, la relación con Ray Loriga, que le daría así como dos hijos, muchos conciertos y numerosas entrevistas. La mayoría en Radio 3. Otra vez la radio nacional sacando lo mejor de sí. Y de ti.

¿Todavía queda por ahí alguien que no se haya enterado de qué va esto? Eso es que lo estoy haciendo mal. Uhmm.

Venga, bah, otra pista.

Premio Planeta, en el horno aún, al escritor, oh un hombre, Santiago Posteguillo por su novela << Yo Julia >>, ah una mujer. Mira qué bien tú.

Santiago fotografiado para La Vanguardia

Segunda en el escalafón se ha quedado la debutante, oh qué pena, Ayanta Barilli, hija del escritor Fernando Sánchez Dragó, finalista con << Un mar violeta oscuro >>.

Ah mira tú qué casualidad. Otra mujer. << Hija De >>, by the way.
Hasta aquí, otra vez mal.

¿Solo yo veo una posible relación entre esta corriente femenina, ya se verá si feminista, y movimientos más alejados en lo geográfico pero no en lo mediático como << Me Too >>?

La hiper transmitida gala – subasta de los Oscar, la corriente frenopática de denuncias sobre abusos sexuales contra productores, directores y actores que no sin regocijo fue ampliamente divulgada por todos los medios de prensa a cualquier hora incluida la infantil.

Y que dicho sea de paso se parece mucho a la negra caza de brujas, también en Holywood, en los duros tiempos del Macartismo. Donde ayer había perversos comunistas hoy hay depravados acosadores.

El tiempo, y la justicia, exculpará a más de uno como ya está ocurriendo, pero ya será tarde porque el daño en la reputación, y eso que llaman el honor, es irreversible.

Y así, tirando tirando tirando del zafio hilo, me doy un tropezón contra la jodida pared de las sospechas: los premios tendenciosos, los jurados oportunistas, la presión de la noticia, el negocio de vender aunque sea basura, los oligopolios haciendo lo que mejor se les da, y ese permanente tufillo a discriminación positiva que está impregnándolo todo con un olor… Que no es precisamente el aroma, de mujer, que antes mencioné. Un asquito, oye.

Cuando sea mayor, quiero ser como Serena Williams: mujer y negra. Así podré quejarme de trato vejatorio cada vez que la suerte no me venga de cara.