DE PALABRAS Y HOMBRES.

Hola, hola, hola.

Hoy se habló en clase de un tema que me intriga hace tiempo. Aunque casi de refilón, saltó de la pizarra cual gato descarriado un asunto de gran profundidad sobre el que tal vez se haya investigado poco: el determinismo lingüístico. O quizá sea yo, desde esta ignorancia que me caracteriza, el que esté desinformado al respecto.

Mencionó el profesor cómo el idioma alemán ha creado grandes pensadores en la historia. También, que la propia construcción de las palabras en ese lenguaje conduce a quienes lo dominan hacia un pensamiento más «elaborado», profundo, filosófico. Tal vez por ello, la presencia de Alemania en la filosofía mundial es tan significativa y grandes filósofos alemanes han apuntalado la filosofía occidental desde tiempo ha. Tal vez.

Pero, ¿por qué esto es así? No puede estar la casualidad tras el manejo de estos títeres: humanos todos gobernados no se sabe por cuántos hilos.

Para ello, hay una hipótesis que descubrí hace tiempo en un libro. Y que me llamó la atención, tanto por lo ignorada como por su rotunda trascendencia de confirmarse su certeza.

Esta no es otra que la Hipótesis de Sapir-Whorf, según la cual, el lenguaje determina el modo de pensar. Apenas seis palabras para una carga de profundidad con capacidad de volar por los aires cualquier intento de unión europea, y por ende entre los pueblos donde el idioma prevalente sea otro. España entre ellos.

Esta pareja de lingüistas, Edward Sapir y Benjamin Lee Whorf, tras estudiar a los HOPI y a los ZUNI, concluyeron que «Existe relación entre el lenguaje que una persona utiliza, y la forma en que percibe el mundo”. Tanto es así, que si no hay la necesidad de un vocablo este no se crea, y por lo tanto no es posible para una cultura entender un significado que para otras no solo es evidente sino necesario.

Según esto, y volviendo a Alemania, ¿pueden un griego, un portugués, un norteamericano, un chino, un alemán y un bereber formar una alianza fiable y duradera? La sospecha es que no. Que la barrera idiomática no solo existe en forma de conceptos y significados, sino en cómo esos sujetos afrontarán los retos cotidianos por su propia estructura neuronal y capacidad de pensamiento. El idioma, diseña ambos esquemas; los cerebros, se distancian. Para un mismo reto, las soluciones serán siempre distintas.

En mi opinión poco fiable, el idioma es la primera frontera entre los pueblos. Mucho más que el cambio de color. Son numerosos los casos de políticos que, sabiendo esto, hacen uso y abuso de un idioma para expulsar al divergente. Cataluña es el ejemplo más reciente, pero áreas del País Vasco han ido desde hace décadas por idéntico camino. Al igual que ahora Navarra con esta coalición de perdedores que la desgobierna sin otra meta que sus propios feligreses: cristiano o musulmán; amigo o enemigo. Nada nuevo en otro viejo reino decadente.

A tomar por saco la unión europea, por tanto. Si la hipótesis es cierta, jamás habrá una UNIÓN DE LOS ESTADOS EUROPEOS, a imagen y semejanza de los ESTADOS UNIDOS, por la poderosa y elemental razón de que sus respectivos idiomas, a pesar de todos los traductores implicados, conducirán inevitablemente a una forma divergente de pensar.

Para su explicación ambos estudiosos desarrollaron dos hipótesis:

«Hipótesis fuerte: El lenguaje que uno habla, determinaría totalmente cómo entendemos, memorizamos y vemos la realidad que nos rodea, por lo que afectaría de manera profunda el pensamiento de cada persona.»

«Hipótesis débil: Existe una cierta influencia de la lengua que uno hable, en la forma en que se interpreta la realidad, y también en cómo se resuelven problemas o se le da prioridad a las cosas.»

Si bien es cierto que la idea generó gran controversia en el momento de su exposición, años 30, la hipótesis fuerte ha perdido fuelle pero no así la débil. Quedando un rescoldo en este razonamiento que sin duda lastra cualquier entendimiento entre culturas; entre «extraños».

Hoy es aceptado que «la manera en que las personas denominan o describen las situaciones, influye en cómo se comportan ante las mismas«. Una variación de la hipótesis débil llamada también hipótesis de Whorf-Korzybski.

En fin, como he dicho al principio, una bomba de relojería en la panza de cualquier trasatlántico que pretenda, al estilo Arca de Noé, salvar a la humanidad del próximo diluvio.

ARCA DE NOÉ
Grabado de 1849

Ye lo que hay.

Sobre este asunto trata la película de ciencia ficción LA LLEGADA: o la imposibilidad de que un heptópodo y un humano se entiendan algún día. Vale la pena dedicarle el tiempo que dura.

LA LLEGADA

Por cierto, el lingüista Edward Sapir, aunque estadounidense, era de origen… alemán. Mira tú por dónde. 🤔

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#hipotesissapirwhorf #lallegada #lingüista

© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

Autor: Christophe Caro Alcalde

Interior Architect, painter, writer, photographer, builder, poet, novelist...

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